Ir al contenido principal

El daño al ego. Parte 2

Continuando con el mensaje de la parte 1, solemos usar expresiones como "mi ego fue herido" o "creo que tu ego fue herido". Decir "heriste mi ego" no es más que afirmar que dañaste la imagen mental que llevo conmigo mismo a cada momento. Debido a que esta imagen me acompaña todo el tiempo, he desarrollado un apego hacia ella.

Por ejemplo, imagina que un día llegas tarde a casa después del trabajo y tu cónyuge, molesto contigo, te acusa de no dedicar suficiente tiempo a la familia. Tus razones para llegar tarde pueden ser válidas o no, y tu pareja puede estar en lo cierto o equivocada. Sin embargo, dentro de ti llevas una imagen constante de ser un cónyuge y padre amoroso y dedicado, alguien que ha contribuido al crecimiento y bienestar de la familia desde sus inicios. Las palabras de tu pareja hieren esta imagen invisible, lo que provoca que te sientas ofendido o lastimado, y reaccionas con enojo. Esta reacción puede expresarse directamente con tu pareja, con otra persona, o simplemente puede quedarse en tu interior. Este mismo proceso se repite en numerosas situaciones con diferentes personas casi todos los días.

La imagen que cada uno de nosotros construye sobre sí mismo está compuesta por diversas características, y estas varían de una persona a otra. Dichas características pueden corresponder —o no— con nuestra verdadera esencia. Sin embargo, siempre que alguien cuestiona alguna de estas cualidades o sugiere que no forman parte de nosotros, tendemos a reaccionar.

Comentarios