En la actualidad, cuando la gente se esfuerza demasiado por hacer malabarismos con muchas cosas a la vez, inconscientemente pasamos a la modalidad de apresurarnos de una tarea a otra. Parece haber tanta prisa en nuestra vida diaria que reducir el ritmo ya no parece una opción.
1. ¿Redactas correos electrónicos mientras ves la televisión, hablas con la gente mientras piensas en volver a trabajar, comes lo más rápido posible o conduces a toda velocidad? Saltar de una tarea a otra no significa que logremos más.
2. Replantea tu forma de hacer y de ser. Deja de apresurarte, baja el ritmo, absorbe cada experiencia, siente las vibraciones de cada escena e irradia tu energía hacia ella. Entonces podrás apreciar lo que la vida te ofrece y lo que tú puedes ofrecer al mundo.
3. Está completamente presente en el momento y sea consciente de lo que haga. Si lo hace, podrá concentrarse mejor, ser más creativo y terminar la tarea antes y con calidad. Prioriza y comprométete solo con las tareas importantes. Comprueba si puedes compartir la responsabilidad, posponer o incluso ignorar algunas de ellas. Haz una pausa entre las tareas para relajarte y renovarte.
4. Ve hacia tu interior para empoderarte y concentrarte más en el ser y menos en el hacer. Sigue disciplinas de estilo de vida que incluyan ejercicio, dieta, actividad, descanso y relajación. Observa cómo todo se logra con el tiempo, ya que la mente y el cuerpo permanecen libres de estrés.
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