No se puede negar que nuestro trabajo es una parte importante de nuestra vida, pero a veces permitimos que el trabajo domine sobre todo lo demás. Necesitamos lograr un equilibrio saludable priorizando todos los aspectos de la vida. Cuando nos quejamos de que no tengo tiempo para equilibrar mi trabajo y mi vida , usamos el tiempo como excusa para no prestar atención a uno de los tres: a nosotros mismos, a la familia o al trabajo.
1. Revisa tus prioridades. Si aún queda tiempo, pueden ser el trabajo, la familia y, luego, tú mismo. Tú mismo es la semilla, la familia es el tronco y tu trabajo y todo lo que haces es el árbol. Tu prioridad no puede ser el árbol, el tronco y la semilla. Debe ser: la semilla, el tronco y luego el resto del árbol. Cambia tu prioridad para que sea: tú mismo, la familia y el trabajo.
2. Distribuye bien tu tiempo. Reserva una hora para ti cada mañana para meditar y hacer ejercicio. Además, reserva 6 o 7 horas para dormir. Sigue horarios de comida establecidos y come de forma consciente. Pasa de 3 a 4 horas del día con tu familia.
3. Una vez que programes tiempo para nutrir tu mente, fortalecer tu cuerpo y tener relaciones hermosas, tendrás energía para dar más del 100 % en tu trabajo. Tu intuición, toma de decisiones, cooperación y productividad aumentarán. Lograrás más en menos tiempo. Lograr que tu vida esté en equilibrio y en armonía comienza por cuidarte a ti mismo.
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