Sigue dando a los demás constantemente - Parte 3

Usa tu bondad o piérdela

La personalidad generosa surge de manera natural en las personas cuyas reservas de energía positiva son colmadas por la Fuente Suprema o Dios. De lo contrario, dar puede resultar muy difícil. Hay personas cuyo propósito en la vida es servir a los demás. No renuncian a sus metas personales y profesionales mientras lo hacen. 

Aparte de ocuparse de todos sus roles, se limitan a mantener intactos su amor y su cariño. El amor fluye constantemente a través de cada pensamiento, palabra y gesto cálido de las personas.

Dicen: da lo que quieras recibir . ¿Quieres amor? Ama a los demás. ¿Quieres aprecio? Aprecia a las personas. Esto se debe a que seremos los primeros en recibir esa energía de amor y aprecio cuando se la demos a alguien. 

Todos podemos experimentar el poder de dar. Incluso si tenemos un problema en la vida, incluso si nuestro ego nos lo impide, incluso si la gente nos aconseja que no lo hagamos, estamos a solo una decisión de dar e irradiar nuestra bondad a los demás. Podemos pasar toda nuestra vida sirviendo a cada uno con amor y felicidad. Cuando amamos a alguien que nos ha hecho algo malo o mostramos paciencia con una persona

da poder. Nos ayuda a elevarnos por encima de nuestras propias necesidades y problemas. Cuando no usamos nuestra bondad, la perdemos. El mundo está buscando dadores de paz y poder hoy. Podemos dar paz simplemente permaneciendo en silencio. El silencio no significa no hablar, significa silencio en la mente: permanecer libre de pensamientos innmente la energía de la paz a los demás. 

Podemos dar poder a los demás simplemente haciendo lo mejor qecesarios y erróneos. Una persona con menos pensamientos positivos transmite automáticaue podamos, llenos de determinación. Se sentirán inspirados para hacer lo mejor que puedan y estar siempre decididos. Al utilizar nuestras cualidades originales del alma y nuestros poderes internos podemos ser un pilar de fortaleza para los demás.

 Profundicemos nuestra personalidad espiritual y convirtámonos en dadores incondicionales de bondad.