Al igual que muchas otras energías —la energía sonora, la energía luminosa, la energía eléctrica, la energía magnética, etc.—, que son principalmente formas invisibles de energía del mundo físico, la energía del pensamiento y el sentimiento también es una forma de energía invisible. La única diferencia radica en que no pertenece a los cinco elementos de la naturaleza y es extremadamente sutil. Es una energía que se origina en el alma consciente.
Sin embargo, es importante recordar que está estrechamente conectada con el cuerpo físico y solo puede expresarse a través de él. Las demás energías no pueden expresarse, ya que no provienen de una fuente consciente. Además, percibimos la energía del pensamiento y el sentimiento solo cuando estamos dentro del cuerpo físico.
Es una energía que ha existido a lo largo de nuestra existencia, nacimiento tras nacimiento, en muchas direcciones equivocadas. Es esta energía la que necesitamos aprender a canalizar, controlar, gestionar, disciplinar, etc., porque al hacerlo experimentamos nuestras virtudes originales de paz, amor, alegría y poder , que es nuestro único y exclusivo deseo, para el cual utilizamos diversos métodos.
Pero muchas veces este deseo no se cumple, porque olvidamos este método básico y más importante. Esto es algo que no hemos podido hacer durante mucho tiempo, y algo que mucha gente ha deseado lograr durante miles de años. La técnica de la meditación es una técnica que nos ayuda en esta canalización.
La canalización de esta energía también mejorará el estado de nuestro cuerpo físico, ya que tiene un efecto positivo en los diversos sistemas corporales, la calidad de todos los roles que desempeñamos y el éxito que logramos al desempeñarlos y, muy importante, nuestras relaciones, no solo con los demás, sino también con nosotros mismos y con Dios.
Comentarios
Publicar un comentario