Una y otra vez escuchamos que nuestra verdadera cualidad no reside en hacer atractivo el cuerpo físico, sino en aumentar nuestra belleza interior. Todos sabemos en el fondo que la belleza interior de una persona es más valiosa que su apariencia física. Sin embargo, hoy en día la sociedad recurre a cosméticos, maquillaje e incluso cirugías para verse bella.
1. Cuida tu cuerpo para lucir presentable. Pero concéntrate más en la belleza interior, que son las vibraciones colectivas de tus pensamientos, sentimientos, actitudes, comportamientos, hábitos, valores y rasgos de personalidad.
2. Medita cada mañana y estudia el conocimiento espiritual durante al menos 20 minutos para crear conscientemente pensamientos poderosos, puros y positivos. Es tu forma de pensar la que crea tus sentimientos, y eso se reflejará automáticamente en tu apariencia.
3. Si tu peso aumenta, el primer resultado es que tu apariencia física se ve afectada. De la misma manera, si tus pensamientos se acumulan y pesan, tu belleza interior se ve afectada. Después de cada hora, haz una pausa para detectar cualquier pensamiento de estrés, ira, miedo, preocupación o dolor. Cámbialos de inmediato.
4. Cuídate, lleva un estilo de vida saludable, sé alegre, ayuda a los demás y mantén una actitud alegre. Tus expresiones faciales, ojos, sonrisa, gestos y lenguaje corporal son indicadores de quién eres en tu interior: puro y poderoso.
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