Siempre ayudaste a un colega a terminar su proyecto a tiempo, pero la única vez que le pediste un favor, se negó. Llegaste a casa cansado y esperabas que tu hijo pequeño se portara bien, pero hizo berrinches toda la noche. ¿Te resultan familiares estas situaciones o has estado en situaciones similares y te has preguntado por qué las personas no pueden cumplir con expectativas simples? ¿Por qué no pueden ser a mi manera?
Nuestros hábitos, personalidades, perspectivas, elecciones y prioridades son diferentes. Por lo tanto, no siempre podemos actuar de la misma manera que los demás, independientemente de nuestra autoridad, rol o responsabilidad. Tampoco importa cuán simples y correctas sean nuestras expectativas. Libérate de las expectativas de todos: familia, amigos, colegas, sociedad...
Seamos nuestra manera, aceptando a todos como son. Aceptamos, aconsejamos, instruimos y compartimos opiniones respetuosamente, pero no nos enojemos si las personas no cumplen con nuestras expectativas.
Dejemos de creer que las expectativas son normales y experimentemos con la aceptación . Nos ayuda a permanecer emocionalmente estables en cada situación y a tener relaciones armoniosas.
No hay dos personas que puedan pensar, hablar o comportarse de manera idéntica. Sin embargo, nos preguntamos rutinariamente: ¿Cómo puede ser así? o ¿Por qué dijo eso? La carga de pensamientos y expectativas tan inútiles bloquea nuestra energía de amor y paz.
Recordemos que nuestro estado mental no tiene conexión con nadie ni nada fuera de nosotros. Relájese y programe sus pensamientos y sentimientos sobre otras personas. No sucumba, no devuelva el golpe, no espere, no culpe, no se queje. Hágase cargo de su estado interior y elija su respuesta. Salga de las reacciones impulsivas y automáticas ante las conductas de las personas.
Su aceptación de que las personas son diferentes sostiene su felicidad e influye en ellas de manera positiva.
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