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Reúne tu tesoro de bendiciones todos los días

Las bendiciones son un hermoso tesoro energético que recibimos todos los días de nosotros mismos, de nuestras relaciones con los demás y de Dios. Cuanto más recolectemos este tesoro, más ricos nos volvemos internamente y también aumentan nuestro poder interior y nuestra felicidad. Al comenzar el día, creamos diferentes pensamientos para nosotros mismos y para todos los que nos rodean y entramos en contacto con personas con diferentes tipos de personalidades. 

Al observarlos, encontramos muchas especialidades y debilidades en ellos y es muy fácil encariñarse con las personas con bondad y experimentar odio por las personas que actúan negativamente con nosotros. En tales situaciones, a veces enviamos energía negativa a algunas personas y dejamos de recibir sus bendiciones. 



Además, no creamos el tipo correcto de pensamientos o no decimos el tipo correcto de palabras o no realizamos el tipo correcto de acciones y perdemos las bendiciones de Dios, que sabe y ve todo lo que hacemos, incluso en un nivel muy sutil. A veces nuestras acciones hacen que los demás se alejen y se descontenten con nosotros y comiencen a enviarnos energía mala y negativa.

Recolectar energía negativa de los demás puede hacernos perder el entusiasmo y, a veces, también llenar nuestras vidas de obstáculos. ¿Cómo recolectamos siempre bendiciones de los demás y cómo aumentamos este tesoro cada día? 

Cuanto más aumentemos este tesoro cada día, mejor será nuestra vida y veremos luz y bondad en cada momento, agregando valor a nuestra vida y también una sensación de bienestar. 

Nos damos bendiciones cuando pensamos de una manera o hacemos algo, de modo que nos acercamos a nuestro estado original lleno de nuestras 7 cualidades primarias: paz, alegría, amor, felicidad, pureza, poder y sabiduría y recibimos bendiciones de los demás cuando pensamos de una manera o hacemos algo, de modo que se acercan a su estado original lleno de estas 7 cualidades. 

Además, recibimos bendiciones de Dios, cuando hacemos ambas cosas. Una vida así, llena de bendiciones, es una vida llena de satisfacción constante.


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