El corazón es similar a una flor: sólo libera su fragancia cuando se abre. Esta fragancia comprende las virtudes y cualidades de nuestro espíritu.
Muchos de nosotros hemos aprendido a proteger nuestro corazón en un mundo que puede ser duro y cruel. Tener un corazón abierto en el mundo actual exige a menudo un gran coraje. Este coraje surge cuando comprendemos que el verdadero daño es impotente contra nuestro espíritu. Aunque nuestro ser físico puede resultar herido por las acciones o palabras de los demás, nuestro espíritu permanece intacto si así lo decidimos.
Empiece por reabrir su corazón a aquellos que siente que le han hecho daño. Reconoce que el verdadero dolor vino de dentro, de un lugar de miedo que te enseñó a desconfiar y cerrar tu corazón.
Empiece por reabrir su corazón a aquellos que siente que le han hecho daño. Reconoce que el verdadero dolor vino de dentro, de un lugar de miedo que te enseñó a desconfiar y cerrar tu corazón.
Abrir tu corazón es el primer paso para curarte no sólo a ti mismo, sino también para permitir que el amor y la compasión innatos de tu espíritu florezcan una vez más.
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