Karma

Karma es energía de pensamientos, palabras y acciones. Cuando nos evaluamos a nosotros mismos lo hacemos a nivel de palabras y acciones. Nos preocupamos de haber pronunciado las palabras precisas de la manera perfecta y de habernos comportado de la manera adecuada, pero no comprobamos si hemos creado pensamientos perfectos. 

La mayoría de nosotros pensamos que la gente no puede ver lo que estamos pensando. Por ejemplo, podemos decirle a alguien que fue maravilloso conocerlo y, de hecho, sentir que fue una velada de lo más aburrida. Podemos insistir en que los invitados se queden a cenar y esperar a que se vayan. Pensábamos que era buen karma porque hablábamos y nos comportábamos correctamente. 

Creamos entre 25 y 30 pensamientos por minuto y hablamos entre 4 y 5 líneas por minuto. Cuando observamos el flujo de energía, hemos enviado 25 flechas negativas como energía de pensamiento y 5 flechas positivas como energía de palabra. Karma es el pensamiento o la intención detrás de la palabra y el acto. 

La gente puede decir las palabras más dulces y aun así herirnos con su energía negativa. Hay personas cuyas palabras pueden no ser muy perfectas, pero su energía está llena de amor y compasión. Nuestras relaciones y nuestras cuentas kármicas con otras almas se basan en la base de cómo pensamos y sentimos. 

Comprobemos si somos capaces de decir lo que tenemos en mente. En lugar de convertir los pensamientos negativos en palabras perfectas, primero convierta los pensamientos negativos en pensamientos positivos y luego exprese sus pensamientos. 

Entonces los pensamientos, palabras y acciones transmitirán el mismo mensaje. Pensamientos, palabras y acciones estarán en armonía. Cualquiera que sea el acto (un regalo dado, una ayuda ofrecida, una obra de caridad, un aprecio por los demás), comprobemos la intención detrás del acto. Si la intención es complacer a los demás o conseguir fama y aprecio, entonces hay una intención impura detrás de un acto puro.

Así que limpiemos nuestros pensamientos y sentimientos, para que antes de nuestras palabras, sea nuestra energía positiva y poderosa la que llegue a los demás.