Ir al contenido principal

Inteligencia Espiritual

Por Elsa María Fríes

El profesor Howard Gardner, de la Universidad de Harvard, en 1983, definió que el ser humano posee ocho inteligencias que le permiten actuar exitosamente en diferentes campos del vivir humano: Inteligencia lingüística, Inteligencia lógico-matemática, Inteligencia espacial, Inteligencia musical, Inteligencia corporal-cinestésica, Inteligencia intrapersonal, Inteligencia interpersonal, Inteligencia naturalista; luego, en 1995, definió una novena inteligencia, llamada inteligencia espiritual, o existencial que, corresponde a la capacidad de la conciencia humana de vivir en relación consigo mismo, con otros y con Dios y la que se puede caracterizar como:



 La capacidad de:

    Reconocerse a uno mismo como un ser espiritual único e irrepetible.

    Trascender la materialidad y comprender el verdadero sentido de la vida.

    Percibir nuestra vinculación a los otros, a la naturaleza y al mundo borrando fronteras de espacio y de tiempo.

    Situarse a sí mismo con respecto al cosmos, a la vida, a la muerte, al destino del mundo físico y espiritual.

    Reconocer y relacionarse con la Energía Divina.

    Comprender la película de la vida y fluir en ella gestionando positivamente la propia emocionalidad, el hacer y el tener del ser.

    Comprender los sentimientos y emociones propios y de los demás.

    Dar significado a la propia vida y moverse hacia objetivos trascendentes.

    Ser consciente de la interconexión trascendente entre todo lo creado y manifestarla a través de la sabiduría, la compasión, los comportamientos virtuosos y la fidelidad a los propios valores.

    Conectarse con lo más profundo del ser y abrirse a uno mismo, a los demás y al entorno, sean cuales sean los intereses y creencias de los otros.

    Direccionar el uso de las inteligencias múltiples del ser hacia el éxito-satisfacción  personal y el bienestar social.

    Reflexionar sobre el pensamiento, la palabra y la acción propias y trabajar en una mejora continua de ellos.

    Intuir, lograr ver más allá de las apariencias, experimentar lo infinito y dar sentido y valor a lo que se hace y se vive en la cotidianidad.

    Resolver positivamente tanto cuestiones existenciales como prácticas.

    Comportarse con sabiduría y compasión mientras se conserva la paz interior y exterior en cualquier circunstancia.

    Usar adaptativamente el conocimiento espiritual para facilitar la solución de problemas cotidianos y la consecución de objetivos.

    Utilizar los propios recursos espirituales para vivir y solucionar problemas en la vida, es decir, ser virtuoso y comportarse efectivamente como tal.

    Invertir en actividades, eventos y relaciones llenas de sentido de manera gratuita y desinteresadamente.

    Re-encuadrar las experiencias de vida valorando el ser sobre el hacer y el tener, y aprender de ellas.

    Habitar el mundo de manera feliz y no violenta tal que la propia humanidad se despliegue plena y gozosamente.

    Transformar a la sociedad y al mundo.

Algunas formas de desarrollar la inteligencia espiritual son:

    Practicar la soledad.

    Disfrutar del silencio físico e interior y de la conexión con la energía trascendente en la meditación Raja Yoga.

    Educir virtudes reconociéndolas y practicándolas.

    Integrarse en acciones de voluntariado social.

Querido lector, espero se reconozca como un ser muy inteligente espiritualmente y que continúe incrementando su inteligencia espiritual.

Comentarios