La pandemia nos obligó a mirar lo
invisible, a nombrar lo innombrable, a cambiar lo inmodificable… esta pandemia hizo
popular estar in; sin discriminación
alguna nos obligó a quedarnos al interior
de nuestras casas, nos quitó las anticuadas gafas de la extroversión y nos
catapultó a la pasarela de la moda y la actualidad: usar las gafas de la introversión.
Por mi parte, yo hace unos años
ya usaba esas gafas y creía que estaba muy in.
Pero al llegar a esta pasarela, me di cuenta que necesitaba un cambio
significativo en la fórmula!
Decidí comunicarme con mi Cirujano Eterno, a ver
si mejor me hacía la cirugía para curarme de una vez por todas. Le dije que tener las famosas gafas a
la moda, no era una garantía de que iba a ser capaz de ver TODO lo que
necesitaba ver. Y para probar mi argumento, mencioné algunos de los virus y
bacterias que aparecieron a mi vista cuando apenas estaba incorporándome en la
dichosa pasarela: descuido, pereza, hábitos poco elegantes, sólo por mencionar
algunos; y todos en un nivel de sutileza tal que habían logrado pasar
inadvertidos haciéndome creer que eran saludables y encantadores!
Definitivamente ya no estaba dispuesta a seguir tolerando tal nivel de ceguera
interior pues ya tenía suficiente con las gafas para el astigmatismo que uso
hace años! Para ponerme a tono con lo in
del momento, lo mío era la cirugía!
Luego de un silencio lleno de
amor y misericordia, Él me respondió: quieres ponerte a la moda manteniendo un
outfit caducado: la cirugía de la inmediatez… Y mantenerse vigente en el camino
de la espiritualidad, exige que vayas por la pasarela con paso firme, siempre
alerta, a un ritmo constante, usando constantemente las gafas de la
introversión; con amor, disciplina y determinación obtienes tu llave al éxito!
Y recuerda: sigue utilizando tu poder de la transformación!
Con estas recomendaciones,
construí el quinto principio:
MI DECÁLOGO
DE PAZ Y FELICIDAD
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Utilizo el poder de la transformación en mis pensamientos
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Para
completar mi agenda diaria, en mis momentos diarios de pausa, así como al
despertarme y al acostarme traeré
éstos pensamientos a mi conciencia:
“soy un ser
de paz”
“soy la luz
espiritual que le da vida a este cuerpo”
“soy la
energía espiritual pacífica, pura y poderosa que actúa a través del cuerpo”
Manteniendo
esta conciencia, las acciones que realizo se tornan naturalmente correctas,
precisas, elevadas, puras. ¿Existe otro camino a la felicidad que no depende
de los sentidos físicos, de las situaciones o de las personas? Mi paz y mi
felicidad no están en mis manos; ellas empiezan en mis pensamientos, son mi
decisión!
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¡Que te mantengas in con el outfit de la introversión. Hasta la próxima semana!
Por Dora Lucy Guarín
Por Dora Lucy Guarín
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