A menudo, nuestras conversaciones giran en torno a otras personas. Cuando pensamos o hablamos sobre los hábitos y comportamientos ajenos que consideramos incorrectos, absorbemos su negatividad. El chisme es la forma más sencilla de agotar nuestra energía y contaminar el ambiente.
¿Alguna vez has sentido la necesidad de contar un chisme jugoso sobre alguien?
¿Te costó mantenerlo en secreto ante tus amigos?
En otras palabras, ¿has participado en chismes?
Por mucho que intentemos pulir y presentar una opinión negativa sobre alguien, el chisme no se convierte en algo bueno. Las conversaciones negativas no solo dañan la reputación de la otra persona, sino que también disminuyen nuestra credibilidad moral.
Para empezar, si realmente necesitamos decir algo, mejor compartamos las muchas cualidades positivas de los demás. En segundo lugar, ¿es ético hablar de un detalle personal de la vida de alguien solo para parecer socialmente conscientes? Centrarnos en lo bueno de los demás nos hace quedar bien ante nosotros mism
Recuerda: me importan los sentimientos y la privacidad de todos. Me niego a chismorrear, juzgar o participar en conversaciones triviales. Relájate y programa tu mente para hablar solo con amabilidad de los demás, abstente de chismorrear.
Aumenta tu autocontrol y fuerza de voluntad. Protege tu energía de las conductas y energías de quienes te rodean, simplemente no pensando ni hablando de ellos. Repite cada hora: soy un ser poderoso.
Me concentro solo en la bondad de las personas y solo hablo de lo positivo. Cultiva pensamientos puros y pronuncia palabras sinceras sobre los demás. Protégete a ti mismo y a tu entorno. Tus pensamientos y palabras positivas sobre los demás elevan tu energía y la de quienes te rodean.
Haz que cada pensamiento y palabra sea una bendición para los demás y comienza a vibrar en la frecuencia emocional más elevada.

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