1. Comienza tu meditación con un pensamiento positivo: Antes de comenzar, crea un pensamiento positivo: eres un alma pura y en paz, y tu padre espiritual es Dios, el Alma Suprema, quien es el Océano de todas las cualidades y poderes, y siempre está presente en ellos. Esto embellecerá tu meditación y mantendrá tu mente e intelecto enfocados.
2. Piensa y visualiza al mismo tiempo: Un principio fundamental de la meditación es crear pensamientos positivos y poderosos sobre la sabiduría espiritual del alma y Dios en tu mente, y al mismo tiempo visualizarlos ante tu intelecto, lo que facilita y naturaliza la concentración, brindando una experiencia maravillosa.
3. Mantén los ojos entreabiertos, no cerrados: Un aspecto clave al meditar es no cerrar los ojos por completo, ya que esto impide visualizar con claridad el alma y al Alma Suprema como un hermoso ser de luz. Además, puedes sentirte somnoliento al crear pensamientos pacíficos y no experimentar la profundidad de la meditación.
4. Siéntate en meditación con una sensación de bienestar: No debes meditar con sueño y sin un propósito firme de conectar con una Fuente Superior. Por lo tanto, siéntate siempre a meditar con la firme intención de concentrarte y refrescarte como desees antes de meditar. La frescura de la mente y el cuerpo traerá éxito.
5. Reproduce música suave de fondo: Una buena manera de tranquilizar la mente durante la meditación es poner música suave de fondo. También puedes reproducir un comentario de meditación suave para orientar la mente y evitar que se distraiga. Si prefieres el silencio, no reproduzcas música.
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