Un indicador claro de nuestro progreso espiritual es el estado interno de bienestar y satisfacción. Cuando estamos contentos en nuestro interior, de forma natural sentimos amor hacia el ser y a la vez recibimos el amor de los demás.
El estado espiritual de bienestar y satisfacción nos permite irradiar tales vibraciones sutiles hacia el ambiente que pueden ayudar a transformar un alma descontenta y aliviarla de su insatisfacción. Este estado de bienestar y satisfacción es un regalo divino especial.
Redescubrimos que la naturaleza verdadera y original del alma es la satisfacción y el bienestar. Con esta especialidad de estar internamente contentos y satisfechos podemos acercar muchas otras especialidades.
Ahora bien, la importancia reside en estar contento de manera constante y consistente. Para ello es necesario acumular poder espiritual.

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