Aprender a poner un punto final. Las situaciones que se nos presentan a menudo dejan un impacto en nuestra mente.
A veces, debido a algo que sucede o a algún comportamiento o palabras de alguien, nuestra mente reacciona generando pensamientos tales como “¿Porqué? ¿Cómo es posible? ¡Esto no debería suceder!...etc.”
Debemos evitar el confundirnos por temas triviales. Hemos de comprender el gran beneficio que nos aporta terminar la cola de cuestiones y pensamientos inútiles, y no gradualmente sino de golpe.
Punto final.
Enfocarme en el presente. No permitir la expansión de pensamientos inútiles e innecesarios. A esto se le denomina el poder de empaquetar.
A través de esta práctica, experimentaremos cómo acumulamos fortaleza y energía en nuestro interior. Esta fortaleza espiritual nos capacita a su vez a desarrollar auto-confianza y estabilidad.
Tendremos la experiencia de que nuestro ser está dotado de los recursos necesarios para responder de forma constructiva y precisa a los retos que nos plantea el día a día.

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