La tolerancia se basa en ir más allá de las cosas superficiales que nos separan.
Es el resultado de estar en sintonía con uno mismo y llegar a conocer nuestro propio ser.
Si aprendemos a tratar con el propio ego, entonces podemos superar nuestra propia ira.
Esto también es extremadamente útil para resolver cuestiones externas.
De tal forma, si nuestro propio ego no se interpone en el camino, ¡podemos afrontar cualquier cosa! Si no, sucede lo mismo de siempre: tú contra mí, yo contra ti... intolerancia.
Si somos generosos y honestos de corazón y nos preocupamos por las necesidades de los demás, entonces nos sentimos lo suficientemente llenos como para dar.
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