Todos nos fijamos metas de fitness y entrenamos a diario durante unos minutos. Pero mientras hacemos ejercicio o practicamos técnicas de respiración, sin darnos cuenta, nuestra mente puede generar pensamientos negativos de preocupación, miedo y dolor.
Así, nuestro cuerpo se fortalece, pero nuestra mente se agota. Con una pequeña práctica durante el entrenamiento, o incluso en cualquier momento del día, podemos energizar nuestra mente sin esfuerzo. Con cada respiración: inhala una fuerza, exhala una debilidad. Cuando te propones practicar cualquier tipo de ejercicio físico (caminar, trotar, hacer ejercicio, yoga, pranayama o técnicas de control de la respiración), ¿en qué piensas todo ese tiempo? ¿Generalmente permaneces consciente o te desorientas ante cualquier cosa que te venga a la mente?
Durante el entrenamiento, dejamos que la mente divague pensando en retos, otras personas, rumiamos el pasado, nos preocupamos por el futuro, inventamos escenarios o nos dejamos llevar por los chismes. Energizamos el cuerpo por un lado, pero nuestros pensamientos y conversaciones innecesarios irradian vibraciones desmoralizadoras. Asegurémonos de que esos 20 minutos nos brinden salud física y emocional.
Hagamos ejercicio en silencio o conversemos poco, pero cada pensamiento y palabra debe ser empoderador. Cada inhalación y exhalación puede ocurrir con los pensamientos correctos: inhalemos fuerza y exhalemos toxinas emocionales, por ejemplo: inhalo felicidad, exhalo preocupación. Cuida tus pensamientos, recordando que una mente emocionalmente sana irradia energía sanadora al cuerpo.
Recuerda siempre que eres un ser pacífico. La paz te llega de forma natural. Relájate a lo largo del día, en tus interacciones y al responder a las situaciones. Cuida tu cuerpo y tu mente. Cada mañana, dedica 20 minutos a meditar y 20 minutos a hacer ejercicio para energizar tu mente y cuerpo. Mientras te ejercitas, dirige tus pensamientos de forma beneficiosa y concéntrate en tu respiración. Con cada respiración, mantén la atención plena y relaja tu estado mental.
Piensa en una fortaleza con cada inhalación y en una debilidad con cada exhalación. Inhala paz, exhala estrés, inhala compasión, exhala ira, inhala fe, exhala miedo. Con cada respiración, absorbe vibraciones poderosas y expulsa la energía negativa. Regula tu respiración, tus pensamientos, sana tu cuerpo y tu mente.
Practica esto incluso durante el día, mientras trabajas, viajas o ves la televisión. Usa la respiración a tu favor sin esfuerzo para sentirte poderoso, renovado y seguro. Cuando surja un desafío, te resultará fácil evitar las reacciones automáticas y crearás pensamientos correctos, respondiendo con consciencia y estabilidad. Superarás la situación con facilidad y permanecerás relajado y libre de estrés.
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