Rompiendo el ciclo de intercambio de energía negativa (Parte 2)

El método más importante para romper el ciclo de intercambios de energía negativa con otra persona es la autotransformación.

El nivel más básico de autotransformación consiste en no reaccionar verbalmente a la otra persona con palabras. Sino que menciono la energía negativa que recibo de ella, en forma física, mediante expresiones, visiones, palabras y acciones negativas, a los demás, creando una atmósfera de negatividad. Esto también genera percepciones negativas de la persona en la mente de los demás. En tales casos, el daño se produce a nivel físico y es necesario controlarlo posteriormente, lo cual a veces es demasiado tarde, ya que las relaciones ya se han visto afectadas. Esto se debe a que quienes compartimos información negativa, la transmiten a otros, e incluso a veces a la persona que creemos que nos hizo daño en primer lugar.

El segundo y un poco más profundo nivel de autotransformación es donde no solo no reacciono, sino que no hablo en contra de la persona con nadie, ni siquiera con personas cercanas a mí. Pero sigo pensando negativamente sobre la otra persona . En tales casos, el daño se reduce, pero aún ocurre, inconsciente e invisiblemente, tras las cortinas de los ojos y oídos físicos, ya que mis pensamientos y emociones no están completamente bajo mi control. Son llevados a una dirección, que es incorrecta según los fundamentos de la sabiduría espiritual, a veces voluntariamente y a veces no quiero que sean llevados allí, pero van en esa dirección involuntariamente debido a una falta de fuerza interior. Estos pensamientos y emociones negativos alcanzan a la otra persona a un nivel sutil, dañando las relaciones con esa persona.

El tercer y más profundo nivel de autotransformación es donde desarrollo el poder de cambiar la calidad de mis pensamientos y sentimientos. Me siento emocionalmente empoderado para eliminar la falla (debilidad) en mi propio carácter que originaba mis reacciones, de modo que aquello que antes me molestaba o me hería tanto ya no lo hará. Además, al hacerlo, mis relaciones se protegen, algo que todos deseamos. Este es el poder de la adaptación y la autotransformación en acción, en su máxima expresión, y tiene el potencial de detener los intercambios de energía negativa con el otro.