En los últimos años, Colombia ha atravesado una etapa de profundos contrastes. Por un lado, se han logrado avances en educación, reducción del analfabetismo y ampliación de la cobertura social. Por otro, persisten desafíos estructurales: la pobreza sigue afectando a millones, la violencia armada se resiste a desaparecer, la corrupción incrementa día a día y la polarización política fragmenta el tejido colectivo.
Pero más allá de las estadísticas, hay una verdad silenciosa que emerge: la transformación social no puede sostenerse sin una transformación espiritual individual.
Hoy, más que nunca, necesitamos cultivar una conciencia que sea pacífica, positiva y poderosa. La justicia social no es solo una cuestión de leyes o políticas públicas; es una expresión del alma individual y colectiva. Cuando cada individuo se empodera desde su interior —reconociendo su dignidad, su luz y su capacidad de crear paz— entonces el cambio social se vuelve inevitable.
Empoderarse espiritualmente es despertar a la Shakti interior: esa fuerza femenina, sabia y compasiva que no lucha por el poder, sino que lo irradia y que se encuentra en el corazón de mujeres y hombres indistintamente. Es el acto de pensar con claridad, sentir con profundidad y actuar con propósito. Es comprender que cada pensamiento cuenta, que cada palabra construye, y que cada acción puede sanar.
Empoderarse espiritualmente nos invita a mirar hacia adentro y reconocer el impacto profundo que tienen nuestros pensamientos, no solo en nuestra vida personal, sino en el tejido colectivo de la humanidad. Esta propuesta se articula en tres cualidades esenciales: paz, positividad y poder espiritual.
Ser pacíficos: el arte de la quietud consciente
La paz, no es simplemente la ausencia de conflicto, sino una presencia activa de armonía interior. Ser pacíficos implica cultivar pensamientos suaves, silenciosos y benevolentes. Es elegir no reaccionar desde el ego, sino responder desde la benevolencia del alma. En la práctica del Raja Yoga, esta paz se convierte en una herramienta de transformación: cuando una mente está en paz, puede ver con claridad, actuar con sabiduría y sanar con amor.
Ser positivos: el poder de la visión elevada
La positividad no es ingenuidad, sino una elección consciente de ver lo mejor en cada situación y en cada ser humano, es mantener una mirada apreciativa y cuidar los pensamientos positivos como semillas de luz que germinan en el corazón colectivo. Al pensar bien, hablamos bien. Al hablar bien, actuamos bien, y al actuar bien, creamos un mundo mejor.
La positividad es una fuerza creativa que nos conecta con lo divino y nos libera del peso de la crítica, el juicio y el miedo.
Ser poderosos: el despertar del alma
El poder al que nos referimos no es dominio ni control, sino la capacidad de mantenerse firme en la verdad, incluso en medio del caos. Es el poder espiritual que surge de la conexión con el Ser Supremo, que nos llena de amor, fortaleza, dignidad y propósito. Ser poderosos es vivir desde el centro del alma, irradiando estabilidad, compasión y coherencia. Es tener la valentía de ser luz en tiempos de oscuridad!!!
Por BK Elsa Fríes- Honduras.

Gracias por compartir muy lindo mensaje 🙏💖
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