Por: B.K. Mansa, Shantivan
Vivimos en un mundo de conexiones constantes, pero muchos se sienten desconectados de sí mismos, de los demás y del propósito de su vida. Pero la conexión definitiva, la conexión con Dios, devuelve la armonía a todo.

Mientras arreglaba los cables e intentaba que funcionara, una profunda comprensión espiritual se desplegó ante mí. ¿Por qué no se empareja? ¿Cuáles son las razones? ¿Qué impide la conexión? Y al instante, un paralelismo se avivó en mi interior: entre esta conexión tecnológica y nuestra conexión espiritual con el Alma Suprema, nuestro compañero eterno: Dios.
El Bluetooth Espiritual
En el mundo actual, estamos constantemente emparejando dispositivos: teléfonos con auriculares, portátiles con altavoces, relojes con aplicaciones. Una conexión exitosa garantiza una comunicación fluida, una claridad de sonido y una conexión fluida. Pero el proceso es delicado. Requiere: proximidad, compatibilidad, señal estable, ausencia de interferencias y atención plena.

La interferencia del mundo
En el caso de Sudipto, encontramos el problema: demasiados dispositivos cercanos intentando conectarse a la vez, batería baja y cables enredados. ¡Qué cierto es esto también para nosotros!
Nuestras mentes están abarrotadas de deseos, preocupaciones, apegos y pensamientos interminables.
Nuestra atención está dividida, atraída por las redes sociales, las noticias, las relaciones, los miedos y las ambiciones. Hay un ruido mental constante. Estamos “conectados” a demasiadas cosas y personas a la vez, pero no estamos verdaderamente conectados con Dios. La interferencia espiritual es real. Cuanto más nos enredamos en la red de las negatividades, más débiles somos.
Nuestra conexión divina se fortalece.
La señal de Dios es fuerte y constante, pero nuestro dispositivo interno a menudo está apagado, con poca energía o conectado con las frecuencias incorrectas.
Recargar, reiniciar, reconectar
Cuando un dispositivo no se conecta, hacemos lo siguiente:
Lo apagamos y lo volvemos a encender.
Lo acercamos a la fuente.
Nos desconectamos de otras conexiones.
Recargamos su batería.
Lo mismo ocurre con el alma.
Para reconectarnos con Dios, debemos:
Volvernos hacia nuestro interior: desconectarnos del ruido exterior.
Acercarnos en silencio: reducir la distancia creada por la duda, el miedo o la culpa.
Desconectarnos de las falsas identidades: el ego, los roles y las posesiones.
Recargarnos a través de la meditación: recordándolo con amor y pureza. Es en la quietud de las primeras horas de la mañana, en lo sagrado, cuando experimentamos la unión más elevada: alma con Alma Suprema, como un niño que regresa al regazo del Padre eterno.
Cuando la Conexión Sucede...
Cuando Sudipto finalmente logró conectar sus auriculares, la música fluyó pura, ininterrumpida, cristalina. Eso es lo que sucede cuando nos conectamos con éxito con Dios. El alma comienza a experimentar la música interior de:
Paz: calma profunda e imperturbable.
Amor: puro, incondicional, más allá de las expectativas.
Alegría: que no depende de las situaciones.
Poder: para afrontar los desafíos con valentía.
La vida se convierte en una melodía divina. Nuestros pensamientos se aclaran. No hay necesidad de gritar para llamar la atención, ni de buscar aprobación: nos sentimos plenos, anclados y seguros.
La Elección Diaria: ¿Con Quién Me Asocio?
Cada día, al igual que elegimos los dispositivos a los que nos conectamos, también debemos elegir con quién nos conectamos. ¿Nos conectamos con personas que nos agotan, con hábitos que nos debilitan, con roles que nos atrapan? ¿O nos conectamos con Aquel que nos eleva, nos purifica y nos empodera para ser la mejor versión de nosotros mismos? No se trata de desconectarse del mundo, sino de mantenerse conectado con Dios primero y luego interactuar con el mundo a través de esa conexión.
¿Cómo conectar con Dios?
1. Meditación Matutina: Comienza el día sintonizando tu mente con las cualidades de Dios. Mírate como un alma en paz ante la Luz Suprema.
2. Pureza en Pensamientos y Estilo de Vida: Así como un dispositivo limpio conecta mejor, una mente pura conecta más profundamente.
3. Recuerdo Constante: Habla con Dios como tu mejor amigo. Mantenlo siempre contigo, incluso en tus tareas diarias.
4. Estudio Espiritual – Así como las actualizaciones de software mejoran el rendimiento de un teléfono, el conocimiento espiritual refina nuestro sistema interior.
5. Servicio: Sirve a los demás a través de vibraciones, acciones y palabras. Esto mantiene la conexión activa y fluida.
Un Recordatorio Suave
Vivimos en un mundo de conexiones constantes, pero muchos se sienten desconectados de sí mismos, de los demás y del propósito de su vida. Pero la conexión definitiva, la conexión con Dios, devuelve la armonía a todo.
Así que, la próxima vez que tus auriculares no se conecten, sonríe. Deja que te recuerde la verdad más profunda.
Quizás no se trate solo de dispositivos. Quizás sea una señal divina... que te llama a hacer una pausa, reiniciar y conectarte con el Supremo una vez más.
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