Cada uno de nosotros ha crecido con valores y se le ha enseñado a ser amable con quienes nos rodean. Pero a menudo exhibimos un comportamiento de dependencia: solo somos amables con los demás cuando ellos son amables con nosotros. Si se portan mal con nosotros, ya sea de forma leve o grave, sentimos el impulso de contraatacar, como si fuéramos el ojo por ojo . Copiamos los comportamientos incorrectos de los demás y renunciamos a nuestra bondad inherente.
A partir de hoy, empieza a vivir según tu propia brújula de valores, pase lo que pase. Aferrarte a tus cualidades cuando sientas la tentación de copiar el comportamiento incorrecto de los demás aumenta tu poder interior. Recuérdate a ti mismo: independientemente de mi entorno y de las personas, utilizo mis cualidades originales en cada situación. Independientemente del comportamiento de los demás, soy cariñoso y amable con ellos.
Cuando alguien es amable contigo, ¿eres tú excepcionalmente amable con él? Y si alguien no es amable contigo, ¿te lo devuelves con creces? ¿Te das cuenta de que imitas a las personas que conoces, reflejando sus gestos?
Las personas se comportan con nosotros de forma diferente cada día, según su estado de ánimo, naturaleza, circunstancia, perspectiva o entorno. Pueden discutir, traicionarme, regañarme o ignorarme. Siempre existe la posibilidad de que sean groseros o irrespetuosos. Tenemos tres opciones: reflejar su comportamiento y minar nuestras virtudes, absorber su comportamiento y adentrarnos en el dolor, y transformar su energía irradiando nuestra bondad inherente.
Si seguimos copiando el comportamiento de los demás, perdemos nuestra identidad y nuestras virtudes. Es su vida, su energía, su karma y su destino. No tenemos por qué reaccionar de la misma manera que se comportan.
Tenemos el poder de ser amables con todos, incluso con quienes no nos convienen. Comprende a las personas y no les devuelvas el daño. Deja que sean a su manera, tú sé el tuyo.
Que tu comportamiento refleje tu personalidad. No copies su comportamiento ni reflejes su personalidad. Usar mis cualidades constantemente me mantiene feliz, satisfecho y exitoso, y me hace ganar la bendición de los demás.
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