Nuestras vidas a nivel físico, a cada paso, se basan en un sistema de apoyo espiritual invisible. ¿Puedes imaginar la vida sin paz, amor y felicidad? Estas son nuestras cualidades espirituales básicas del alma. Érase una vez un rey de un pequeño reino al que le preguntaron: “¿Qué tan pleno está tu reino?”. Pensó en los diferentes aspectos de la vida y en qué tan plenos estaban, como la salud, la riqueza, las relaciones y los roles. Le preguntaron: “¿Qué tan saludable es tu reino?”.
Pensó en la salud física y en la magnitud de las enfermedades en la gente de su reino y respondió que no todo estaba bien. Luego pensó en la prosperidad económica de su reino y respondió que existía un poco de pobreza en el reino. También pensó en las relaciones y los roles, y se dio cuenta de que había dolor en las relaciones y que algunas personas no estaban satisfechas con sus roles y trabajos que tenían.
El rey pronto se dio cuenta de que hacer que su reino fuera saludable, rico y feliz en todos los aspectos era una tarea difícil, pero no sabía por dónde empezar.
Al igual que el rey y su reino, la salud, la riqueza, las relaciones y los roles en el mundo entero son todos aspectos físicos, pero para que cada uno de ellos sea positivo y esté libre de obstáculos, necesitamos observar el sistema de apoyo espiritual invisible de la paz, el amor y la felicidad.
Cuanto más nos llenemos todos de estas tres cualidades llenándonos de positividad y fortaleza, más éxito habrá en los diferentes aspectos de la vida. Sabemos que la salud de la mente influye en la salud física y que la plenitud de la mente atrae la riqueza física.
Además, la bondad de la mente hace que las relaciones sean hermosas y la concentración y la claridad de la mente hacen que nuestros roles estén libres de problemas.
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