La energía física se manifiesta de diversas formas, siendo la luz y la fuerza dos de las más reconocidas. La luz, en términos físicos, es una forma de energía electromagnética visible para el ojo humano. Es esencial para la vida en la Tierra, ya que proporciona la energía necesaria para procesos como la fotosíntesis en las plantas, que a su vez sustenta la cadena alimentaria. La luz también tiene aplicaciones tecnológicas, desde la iluminación artificial hasta las comunicaciones por fibra óptica.
La fuerza, por
otro lado, es una manifestación de la energía que puede cambiar el estado de
movimiento de un objeto. En física, la fuerza se mide en newtons y puede ser el
resultado de interacciones gravitacionales, electromagnéticas, nucleares, entre
otras. La fuerza es crucial para entender el movimiento y la dinámica de los
cuerpos, desde el lanzamiento de un cohete hasta el simple acto de caminar.
En el ámbito espiritual, la energía también se percibe como luz y poder, pero con un significado más profundo y sutil. En el Raja Yoga de Brahma Kumaris, la energía espiritual se entiende como la esencia, el alma, una fuente de luz y poder internos que trasciende el mundo físico, que es eterna y muy sutil.
El alma tiene un campo electromagnético a su alrededor que se denomina aura o cuerpo astral y que rodea al cuerpo físico conteniendo información de las acciones del alma, su karma negativo o positivo, que están grabadas en forma de vibraciones, este cuerpo es el puente entre la energía del alma y el cuerpo físico con el que el alma se manifiesta y experimenta el mundo.
La luz espiritual se refiere a la claridad y la pureza del alma. Es la iluminación interna que permite a una persona ver más allá de las limitaciones físicas y comprender su verdadera naturaleza. Cuando el alma tiene mucha luz sus acciones manifestarán las virtudes divinas, cuando el alma no tiene casi luz las acciones del alma manifestaran la sombra, los defectos, la pesadez del alma por su karma negativo.
El poder espiritual es la capacidad del alma para influir positivamente en su entorno a través de sus vibraciones y según sus intenciones. Este poder se manifiesta en forma de virtudes como la paz, el amor, la verdad y la pureza. Cuando el alma es débil la influencia será negativa y se manifestará en defectos y vicios.
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