Nuestra capacidad para vivir bien se basa principalmente en cinco tipos de salud: salud física, salud mental, salud emocional, salud social y salud espiritual. Al estar interconectadas, cada una de estas dimensiones contribuye a nuestra calidad de vida. Cuando pensamos en la salud, prestamos atención principalmente al bienestar físico. Nos damos cuenta rápidamente de si nuestro cuerpo está en forma o no, ágil o no, saludable o no. Se hace muy poco hincapié en la salud espiritual, mental, emocional y social. Una vida satisfactoria requiere que cuidemos todos los aspectos.
1. La salud espiritual es la base de la curación emocional, mental, social y física. Practica la meditación para conectarte con Dios y llenarte de sus poderes. Estudia sabiduría espiritual a diario. Crea una brújula de valores y principios morales para vivir.
2. Para la salud física, haga ejercicio diariamente durante al menos 20 minutos. Siga hábitos de alimentación, bebida y sueño adecuados.
3. La salud emocional y mental depende de un pensamiento correcto, porque son tus pensamientos los que se traducen en palabras y conductas y crean tu destino. Piensa bien sobre las personas y las situaciones, incluso si no son las adecuadas. Una mente limpia irradia salud a tu cuerpo, mientras que los pensamientos erróneos se manifiestan en enfermedades.
4. Para mejorar la salud social, deja de desear nada de la gente. Da según tu propia capacidad, sin expectativas. Sé un emisor de amor, confianza, respeto y felicidad.
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