Si plantamos una semilla de pensamiento positiva y limpia y nos concentramos en ella, le damos energía, como el sol le da a una semilla en la tierra. Y a medida que la semilla en la tierra despierta, se agita y comienza a crecer, los pensamientos en los que nos concentramos despiertan, se agitan y comienzan a crecer. Así que sembremos pensamientos positivos.
Cada mañana, antes de comenzar el viaje del día, sentémonos tranquilos, en silencio, y sembremos la semilla de la paz. La paz es armonía y equilibrio. La paz es liberarse de la carga de la negatividad y el despilfarro. Dejemos que la paz encuentre su hogar dentro de nosotros. La paz es nuestra fuerza original, nuestra eterna tranquilidad de ser.
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