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Meditación por la paz mundial (Parte 1)

 


Es hora de asumir nuestra responsabilidad como raza humana para comenzar a sanar el planeta, más allá del deseo de salvarnos a nosotros mismos.

Vamos a retornar al equilibrio fundamental que dio paso a todas las manifestaciones de vida que un día adornaron este hermoso escenario, y a los más bellos y trascendentes sentimientos que nos unía con todo lo que nos rodeaba.

Vamos a alimentar el mundo natural con la energía de la gratitud y la bondad amorosa que nace de nuestro interior. 

Vamos a sanar este hermoso planeta tomando tiempo para enviar los mejores deseos y los sentimientos más puros de vuelta a cada uno de los seres que acompañan este maravilloso viaje de la vida. Hemos tomado siempre de ellos, usado y abusado, y hoy podemos tomarnos el tiempo para dar, para donar, para devolver con vibraciones de amor todo lo que recibimos de ellos cada día.

Es hora de volver a lo básico de lo que más importa: la paz interior y el amor desde un espacio de silencio transformador que nos permita conectarnos con cada uno de los elementos que existen y que nos constituyen, ya que, incluso, nuestros cuerpos, están hechos de los mismos elementos que constituyen este planeta y lo que aquí habita; es el mismo aire, el agua y los alimentos que sostienen cada una de las moléculas de nuestro cuerpo.

Sostener cada elemento y cada manifestación de vida con una energía amorosa es hacernos conscientes de nuestra energía como seres espirituales

Somos el poder creador que desde un espacio de silencio amoroso podemos encontrar la capacidad para transformar

Pero esa transformación debe iniciar en nosotros mismos, pues el mundo actual es el resultado de nuestras acciones sobre él y las acciones son el resultado

de lo que creemos

de lo que pensamos

de lo que sentimos

de lo que decimos y hacemos

Es hora de hacernos conscientes y de asumir nuestra responsabilidad espiritual dándonos el tiempo suficiente para experimentar nuestros más valiosos recursos:

Somos paz, experimentemos la paz, sintámosla y ofrezcámosla al mundo.

Somos amor, experimentemos el amor, amor por este cuerpo, amor por lo que nos rodea, en el espacio en el que nos encontramos ahora o por lugares tan lejanos pero que reciben este sentimiento puro,  ofrezcamos este amor a cada especie que habita nuestro bello planeta, nuestro hogar.

Somos felicidad, sintamos la alegría de la vida, la alegría de lo que me brinda este bello planeta, imaginemos el más hermoso paisaje y sintamos la plena dicha de poder pensarlo, sentirlo, vivirlo, disfrutarlo y enviemos rayos de energía.

Únete a la meditación online por la paz mundial 3° domingo de cada mes: http://tiny.cc/meditapaz

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