Cuando hay un estallido emocional como una discusión o conflicto, algunos de nosotros recurrimos a un tratamiento silencioso como mecanismo de defensa o de control. Los días o semanas de ruptura de la comunicación son incómodos y poco saludables, porque nos aferramos a pensamientos negativos, llenamos el ambiente con fuertes vibraciones y agotamos a todos.
Cuando el polvo se asienta después de una discusión con familiares o amigos, ¿sus emociones continúan aumentando? ¿Los pensamientos erróneos de resentimiento y represalias permanecen nublados en su mente? ¿Se niegan a hablar durante horas, días o incluso meses?
A menudo dejamos de hablar después de un conflicto, creyendo que el silencio absoluto nos ayudará a hacer nuestro punto, nos da tiempo para sentarnos y darnos cuenta. Durante este período de ruptura de la comunicación, la mente sigue creando pensamientos pesados y tóxicos, abre heridas recientes, acumula más dolor e irradia rechazo mutuo. Estas vibraciones son dañinas para la mente y el cuerpo de todos.
Dejemos a un lado el tema, dejemos a un lado nuestro ego y regresemos a nuestros pensamientos, palabras y comportamiento normales. Necesitamos ser los que den un paso al frente y les hablemos como si nada hubiera pasado.
Recuerda que eres un ser cariñoso. Cuida la felicidad y la salud de tu familia y amigos. A veces tienen opiniones diferentes que no coinciden con la tuya. Expresas tu perspectiva y si están apegados a sus puntos de vista, no están de acuerdo contigo.
Di lo que necesites decir con estabilidad. Respétalos incluso si no están de acuerdo con tus puntos de vista. Inmediatamente después de esa escena, aclara tu mente y cambia la energía de la escena. Resuelve las diferencias de una manera saludable y nunca permitas que se establezca un período de silencio negativo.
Regresa a tu ser normal, tranquilo y relajado. Habla voluntariamente con ellos de inmediato y no esperes a que hablen. Compórtate como si nada desagradable hubiera pasado entre los dos.
Tu amor y
respeto incondicionales los sanarán. Sana la relación y restaura la armonía.
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