Además, cuanto más cerca estés de ti mismo, más hermosa será tu relación con Dios y con los demás. Dios mismo es un océano de características positivas de personalidad, y experimentar cada matiz de su personalidad y las diferentes relaciones con él te hará más feliz y te llenará de sabiduría y fortaleza. Asimismo, cuanto más ames a Dios y lo acompañes en cada ámbito de la vida, más cerca estarán los demás y más contentos estarán contigo, lo que hará que la vida sea hermosa y ligera a cada paso. Por lo tanto, amarte a ti mismo, a Dios y a los demás, y recibir amor a cambio, te llenará de entusiasmo en tu camino por la vida para alcanzar diferentes tareas y objetivos.
Una vida de montaña rusa llena de subidas y bajadas de voluntad, será reemplazada por un suave viaje en tren en el que experimentarás constantemente la brisa de la satisfacción y la alegría al máximo, independientemente del tipo de eventos que sucedan en tu vida.Finalmente, se dice que la mayor virtud es compartir virtudes o cualidades con los demás. En otras palabras, experimentar tus propias cualidades, potenciarlas e irradiarlas a través de tu rostro, tu mirada, tu sonrisa, tus palabras dulces y tus acciones nobles no solo hará más felices a los demás. Sino que su felicidad y bendiciones, llenas de luz y amor, te alcanzarán y te harán feliz a cambio. La bondad compartida es bondad recibida.
Y la bondad que se obtiene en uno mismo abre el tesoro de alegría y ligereza que llevas dentro. Así que, aspira a ser una persona muy buena, llena de bondad, y serás muy feliz. Esto se debe a que una persona emocionalmente rica también es rica en felicidad.
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