Cualquiera que se incline por el progreso espiritual a menudo siente la necesidad de formar parte de grupos espirituales afines. Estos grupos, reuniones o comunidades ofrecen un conjunto de hábitos o pautas de vida. Sus miembros participan en actividades espirituales como la meditación, la oración o el servicio, y se transforman gradualmente juntos. Por otro lado, algunas personas con motivaciones espirituales pueden no estar interesadas en formar parte de grupos o comunidades. Creen en progresar espiritualmente de forma aislada o en solitario, guiándose únicamente por libros, recursos en línea, televisión o videos, y no formando parte de un grupo.
Hay algunos aspectos que conviene evaluar antes de tomar una decisión.
Cuando trabajamos en el camino espiritual de forma aislada o en solitario, nuestra personalidad no se activa por completo. Practicamos a nuestra manera y según nuestros propios tiempos. No tenemos la oportunidad de expresar plenamente nuestras capacidades de cooperación, tolerancia, adaptación y adaptación. Además, nuestra rutina espiritual puede verse afectada cuando algo se convierte en una prioridad y nos desvía del crecimiento espiritual. Cuando formamos parte de una comunidad, se activan diversos matices de nuestra personalidad durante las interacciones. En ese momento, los miembros de nuestra comunidad espiritual pueden tomar nota y darnos su opinión. Sus intenciones puras y las vibraciones del encuentro nos motivan a mejorar constantemente. Es comparable al apoyo que recibimos de familiares y amigos desde la infancia: de vez en cuando nos animaron y nos sacaron lo mejor de nosotros.
Un objetivo primordial del desarrollo espiritual es abandonar nuestros hábitos negativos y tomar consciencia del alma. Esto significa que debemos revisar periódicamente nuestras fortalezas y debilidades. Esto es más posible cuando formamos parte de una comunidad o familia espiritual, donde podemos comprender mejor nuestro comportamiento para ser más conscientes y precisos en nuestra rutina espiritual. En la parte 2, exploraremos aspectos específicos dentro de un grupo espiritual que contribuyen a nuestro progreso espiritual y autotransformación.
Preguntémonos ¿nos lastimamos o nos enojamos siempre?
La respuesta será Depende de la persona que cometió el error... Depende de lo que hicieron... Depende de cómo se comportaron. Creemos que nuestras emociones dependen de quiénes son y qué hicieron. La verdad es que Depende de nuestro estado mental y la respuesta que creamos independientemente de quiénes son y qué hicieron. Somos como esclavos de nuestros propios sistemas de creencias y es hora de liberarnos y despertar a una nueva forma de pensar y vivir. Swa-Rajya significa ser un gobernante o maestro sobre nuestra mente, intelecto, personalidad y órganos de los sentidos físicos. In-Dependencia significa depender solo de nuestras cualidades y poderes internos para responder a cualquier comportamiento o situación. In-Dependencia significa que tenemos el poder de dar bendiciones a quienes nos traicionaron; podemos compartir y cuidar a quienes nos rechazaron; podemos cooperar con quienes están celosos de nosotros; podemos ser tranquilos y suaves con quienes nos gritan.
Creemos un nuevo sistema de creencias: las personas y las situaciones no tienen conexión con mi respuesta. Tengo la opción y el poder de crear el sentimiento y el comportamiento adecuados en cada momento y para cada persona. Soy independiente.
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