Experimentando el progreso espiritual en grupo - Parte 2

 El crecimiento espiritual es un viaje interior en el que buscamos aprender constantemente y crecer para convertirnos en una mejor versión de nosotros mismos. Esto requiere atención consciente, y la constancia es difícil de mantener si practicamos la espiritualidad solos. Ayer comprendimos cómo las comunidades o grupos espirituales desempeñan un papel fundamental al abordar este tema. 

Formar parte de una comunidad nos ayuda a satisfacer nuestras necesidades emocionales, mentales, sociales y físicas. La reunión y las vibraciones colectivas de la familia espiritual nos ayudan a mantenernos constantemente motivados. 

Formar parte de una comunidad espiritual moldea nuestra personalidad de muchas maneras. Al actuar o interactuar con otros miembros, aprendemos a aumentar nuestra capacidad para: 

1. Adaptarse a personas de diferentes personalidades.

2. Tolerar, acomodar, ajustar

3. Cooperar y no competir

4. Escuchar, comprender y empatizar

5. Comunicarse con claridad y sinceridad

6. Mantenerse emocionalmente estable durante interacciones desafiantes 

7. Perdonar y olvidar los intercambios de energía desagradables.

8. Conviértete en un observador imparcial de las situaciones y las acciones de las personas.

9. Observe las especialidades de todos los individuos (en lugar de juzgar sus debilidades) y ofrezca elogios generosos. 

10. Discernir situaciones y personas

11. Entra en silencio interior incluso en medio de acciones e interacciones. 

12. Respetar a todos y mantener el respeto propio.

13. Esté abierto a dar y recibir comentarios constructivos.

14. Aprenda de las experiencias de los demás 

15. Ir más allá de las propias necesidades para compartir, cuidar y cooperar.

Cuando la espiritualidad se practica en solitario, el progreso en todos los parámetros mencionados se ve limitado o reducido, mientras que la convivencia grupal nos brinda más posibilidades de expresarlos. Al practicar las cualidades mencionadas en grupo, las fortalecemos aún más en nuestro interior. Los valores y principios fundamentales inculcados se convierten en una base sólida sobre la que podemos construir otros roles y responsabilidades. Animar a nuestros familiares, amigos y compañeros de trabajo a que se acerquen a la espiritualidad con nosotros y visitar un centro espiritual para progresar espiritualmente es un paso positivo en esta dirección.

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