A menudo nos compramos un coche caro o ropa cara y nos sentimos orgullosos al mostrar estos logros a los demás. A veces, este orgullo incluso se confunde con el ego. Hoy en día, la mayoría define el éxito con los bienes materiales y cree que las casas grandes y las joyas caras son sinónimo de éxito. Pero ¿alguna vez nos hemos preguntado a nosotros mismos hacia dónde nos dirigimos? Todo esto no es irrelevante, pero ya es hora de que no dejemos que estas comodidades definan nuestras vidas. Compra un teléfono móvil caro si quieres, pero no para que lo vea la gente, porque eso no es éxito.
¿De qué sirve trabajar toda la vida por estos sueños y nunca sentirte satisfecho después de alcanzarlos? Así que, disfruta el éxito en el viaje, disfruta de las personas agradables que conoces, disfruta de las cosas bellas y las diferentes escenas de la vida, disfruta de la naturaleza, disfruta de la compañía de Dios y disfruta simplemente de ser tú mismo: siempre feliz.
Un componente fundamental del éxito es vivir con personas en relaciones hermosas. Las relaciones son uno de los aspectos más importantes de la vida. Pueden ser relaciones con otras personas o con Dios. Claro que una relación con Dios es eterna y nos acompaña en cada nacimiento, y las relaciones con las personas cambian con cada nacimiento.
Pero las relaciones son importantes y tienen un significado inmenso. Así que el éxito significa, al final de tu vida, decirte a ti mismo y sentir desde dentro que has vivido haciendo felices a todos y recibiendo felicidad de todos.
Además, el éxito es darle a Dios una importancia inmensa en cada momento de tu vida y agradecerle por todo lo que logras.
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