De vez en cuando, ¿encontró que su identidad se alejaba de su yo verdadero y auténtico para convertirse en lo que alguien más quería que fuera? ¿Tenías miedo de ser juzgado, etiquetado o rechazado si no te ajustabas a la influencia social? Cuando vivimos para ser aceptados, apreciados o aprobados por los demás, matamos nuestra autenticidad. La mente se confunde y se estresa por las expectativas y opiniones de otras personas. Aceptémonos y respetémonos lo suficiente, para ser y hacer lo que nos resulte cómodo.
No perdamos la conexión con nuestro propio yo. Necesitamos tener el coraje y la integridad para pensar por nosotros mismos, expresar lo que sentimos, decir lo que pensamos y hacer lo que queremos. Esto es simplicidad. Cuando simplemente simplificamos nuestra mente, nuestra vida se vuelve simple. Ya sea en casa, en el trabajo o en una reunión pública, define tus hábitos, valores y comportamientos y mantenlos. Recuerde: ya sea la dieta, la vestimenta o los hábitos de vida, yo decido lo que es adecuado para mí. Elijo la sencillez y la autenticidad.¿Crees que en algún momento hemos complicado todos los aspectos de nuestra vida? ¿Deseas volver a tiempos más simples en los que llevabas una vida modesta y encontrabas la felicidad en los momentos normales? Hoy decimos que las relaciones son complicadas, los trabajos son difíciles, la crianza de los hijos es un desafío, la salud se está deteriorando…
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