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Deja de controlar negativamente y empieza a influir positivamente



El poder de influencia en las relaciones es extraordinario, pero prácticamente desaparece cuando intentamos ejercer control y fuerza.

Puedes influir positivamente en cualquier persona de muchas maneras:

- alentando

- intercambiando

- escuchando,

- comunicándose de la manera correcta.

En el control negativo generamos estrés, frustración y enojo. En influencia positiva la energía fluye de manera relajada con armonía y no amenazante, respetando a cada uno por su especialidad y permitiendo que cada uno sea como es.

Para influir positivamente necesitamos el poder de discriminación y juicio con respecto a qué pensar, hablar y hacer, por ejemplo cuando crees que la otra persona es el problema.

Generalmente el problema no es lo que los demás hablan o hacen, sino cómo los percibes. La forma en que discriminas y juzgas la situación es lo que crea tus sentimientos negativos hacia ellos. 

Tenemos la opción de percibir a los demás como una amenaza, un problema o una oportunidad; una oportunidad para el aprendizaje, el cambio personal, el diálogo y la comprensión. 
Podemos elegir tener compasión; sentir que el otro es un problema indica falta de compasión.

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