En el camino del autoconocimiento y la evolución espiritual, el Raja Yoga, enseñado por la Universidad Espiritual Brahma Kumaris, nos invita a redescubrir la verdadera esencia del ser.
En lo profundo de nuestra conciencia, más allá de las influencias externas y del ruido del mundo, existen las cualidades innatas, energías divinas que caracterizan al ser, y que son la búsqueda eterna de la humanidad, entre ellas la paz, el amor, la felicidad, que definen nuestro estado original y se expresan a través de virtudes como la calma, el cuidado y el contentamiento. Estas cualidades son el ADN del alma, fundamento de una vida plena y armoniosa.
La calma es manifestación del poder del ser. En el Raja Yoga, aprendemos que el silencio no es ausencia de ruido, sino una presencia consciente de paz. La calma surge cuando recordamos quiénes somos: seres espirituales, libres de las fluctuaciones de la ira, del ego, y del miedo. Volver a este estado nos permite aceptar las escenas de la vida sin rechazarlas ni reaccionar negativamente, con calma y tranquilidad todas las situaciones se resuelven porque así actuamos con claridad y permanecemos estables ante cualquier circunstancia.El cuidado es una manifestación del amor puro. A través del conocimiento del Raja Yoga, entendemos que el amor no se limita a los vínculos personales, sino que es una vibración universal. Cuidar de nuestro ser implica nutrir nuestra mente con pensamientos elevados, alimentar nuestro corazón con sentimientos puros, fortalecer el alma con silencios frecuentes y con acciones conscientes. Cuando practicamos el autocuidado espiritual, también irradiamos amor y bienestar en forma de cuidado y respeto a quienes nos rodean y a toda la atmósfera del planeta, porque el verdadero amor es expansivo.
Ser contento no significa conformarse sino reconocer la plenitud en el momento presente. El contento es la felicidad genuina, nace de la gratitud y de la conexión con la fuente infinita de energía, lo divino. La felicidad no depende de logros externos, sino de la relación interna con nuestro propio ser y de la relación con la Energía Suprema.
Contento es satisfacción, no tener deseos de que nada ni nadie nos dé felicidad, es aceptar a todo el mundo como es y a la vida como fluye, es la alegría de incorporar nuestra propia belleza interior al mundo y crear la vida conjuntamente con los demás, es la dicha, de ser interiormente libres. Cuando cultivamos el contento, dejamos de buscar en el mundo lo que ya existe dentro de nosotros.
Reconectar con estas cualidades esenciales es retornar a nuestro estado original de la pureza de las energías divinas de paz, amor y felicidad. A través de la meditación Raja Yoga, aprendemos a silenciar el ruido del mundo y a despertar la conciencia pura. Este regreso nos ofrece numerosos beneficios:
● Fortaleza interior ante los desafíos de la vida.
● Relaciones armoniosas, basadas en el respeto y el amor genuino.
● Bienestar emocional, al liberarnos de la ansiedad y el estrés.
● Sentido de propósito, al vivir alineados con nuestra verdadera esencia.
Recuperar nuestro ADN espiritual no es solo un acto de autoconocimiento, sino una transformación que nos permite vivir con plenitud y contribuir a un mundo más pacífico. El camino está en volver a nuestra esencia, recordar quiénes somos y vivir desde el alma.
Por Elsa María Fríes. Honduras.
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