Pero olvidamos que cuando decidimos resistirnos a algo o a alguien, ya sea mental o físicamente, solo fortalecemos al objeto de nuestra resistencia, ya sea en la realidad o en nuestra propia mente.
Si quieres disfrutar de la capacidad de influir, empieza siempre por la aceptación.
Si quieres desarmar a alguien, empieza por la aceptación.
Si quieres animar y empoderar a alguien para que cambie, empieza por la aceptación.
No lo condiciones. De lo contrario, solo será resistencia disfrazada de aceptación, y seguirás intentando controlarlo.
Comentarios
Publicar un comentario