Vamos a comenzar con ejemplo simple y fácil de entender.
Viene a tu pensamiento un recuerdo triste de tu pasado. Un
duelo, una pelea, un disgusto. De inmediato viajas en el tiempo y en un
instante revives el dolor de aquel momento.
Pero… te das cuenta de que la tristeza te invade e incluso que una
lágrima ha escapado de tus ojos. Y te dices con fuerza: ¡No, basta! Eso ya
pasó. Mejor me pongo a hacer esta tarea que tengo pendiente o hacer alguna
llamada y de das un giro drástico a tu pensamiento enfocándote en otro tema
concentradamente.
Evidentemente ese pensamiento de tristeza causó un impacto
negativo en ti en ese momento y el hecho haberlo detenido, de haber puesto un
freno poderoso, y pensado en otra cosa también causó un impacto positivo.
¿Qué sucedió?
Te diste cuenta, fuiste consciente de que no podías seguir
por ese camino, dejándote invadir por la negatividad y además alimentándola.
¿Por qué no todas las veces te das cuenta de esto y en
ocasiones puedes durar horas, días o más, recreando esos momentos, recreando
esos sentimientos negativos y sufriendo por algo que quedó en el pasado,
sabiendo que esto te hace daño, te quita tiempo, altera tu bienestar y te
impide avanzar?
¡Despierta!
Sé consciente de que tu pensamiento direcciona tu vida. ¿A
dónde quieres llegar? ¿Cómo quieres que sea tu vida?
Crea una nueva realidad para ti, en bienestar y felicidad a
través de ser consciente del poder que existe en tus pensamientos.
La pregunta que surge: ¿Y cómo me hago consciente de lo que sucede en mi pensamiento y como puedo aprender a aplicar ese freno poderoso?
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