Reflexiones a la luz del Raja Yoga - El valor de las acciones

Desde hace tiempo se ha usado la palabra karma en un sentido negativo. En realidad, karma significa acción. Y todos realizamos acciones desde el momento en que nacemos: respirar, llorar, comer, hablar, etc. hasta el momento en que morimos. Y durante ese período hay acciones buenas y malas. Karma positivo y karma negativo.

El karma es como una banda elástica: solo puede estirarse hasta cierto punto, antes de que regrese ¡y te golpee la cara! Es el retorno que recibes por cada una de tus acciones. Y además el karma no olvida ni pierde una dirección, o sea, si te vas a otra parte para escapar de las circunstancias de tu vida, ten en cuenta que el karma  va contigo y te devolverá lo bueno o lo malo que hayas sembrado.

Cada acción deja una impresión en mí, que crea pensamientos, que afectan las decisiones que tomo, y eso me lleva a realizar otras acciones que generan impresiones, que crean pensamientos y así continúa repitiéndose el ciclo. En algún momento reacciono de acuerdo con alguno de los modelos de pensamiento que he creado y experimento su resultado, entonces lo que vivo hoy es la suma de esas experiencias vividas, pensamientos creados y decisiones que tomé en el pasado, en una vida anterior.

Mis acciones deberían ser determinadas por mi conciencia, pero si revisas un poco verás que también actúas de acuerdo con la cultura, la educación familiar o ciertos parámetros dados por la sociedad, todos con desconocimiento de la ley de acción y reacción, pues, a fin de cuentas, es más fácil caminar con todos que nadar contracorriente. Entonces, si hago lo que otros hacen o me dicen que haga, ¿no tendré que ver nada con el karma? Pues definitivamente sí. La ley del karma es tan sutil que, si aceptas pasivamente una acción deshonesta o impropia de otro, estás tan involucrado como quien ayude directamente a realizarla.

Lo que otros te vean hacer y hagan lo mismo, si es bueno generas un karma positivo, si es malo generas un karma negativo.

Una actitud agradecida, basada en el amor, sin reacciones emotivas sino con sentimientos positivos, que perdona, que no se ata al pasado y se libera, es la mejor herramienta para construir un karma positivo y así ir cambiando esos procesos de pensar, decidir, actuar.