Todos conocemos el ciclo día noche y el ciclo de las cuatro estaciones. Al día siempre le sigue la noche y luego el día siguiente y las cuatro estaciones siempre se repiten cada año. De la misma manera, el día de la felicidad del mundo existió en el pasado y fue seguido por la noche del dolor. De hecho, el mundo también ha pasado por cuatro etapas: la mañana, la tarde, la tarde y la noche. Y a medida que el mundo atravesaba estas etapas, el dolor seguía aumentando y la felicidad seguía reduciéndose. De hecho, las dos primeras etapas de la historia mundial, que es la historia no registrada, cuyo verdadero conocimiento sólo es conocido por Dios, han sido de completa felicidad. Estas dos etapas se llaman Cielo o Paraíso o, a menudo, se las conoce como el día de la humanidad. En las dos últimas etapas se realizaron karmas o acciones negativas y se produjo la caída de las virtudes humanas, no de repente sino gradualmente. A estas dos etapas se les suele denominar el Infierno o la noche de la humanidad. A medida que las almas atravesaron el proceso de nacimiento y renacimiento, olvidaron su identidad espiritual original y, en cambio, comenzaron a considerar el cuerpo físico como su identidad. Esta identificación errónea hizo que las almas cayeran bajo la influencia de diferentes tipos de debilidades o características negativas de personalidad. Soy un alma fue olvidada y soy este cuerpo que ocupo se convirtió en nuestra creencia incorrecta. Así comenzamos a caer por los escalones del pecado y del dolor y llegamos al final de la noche de la humanidad, que es el momento presente. Hoy en día, a pesar de los inmensos avances científicos, hay mucho dolor en la mente, el cuerpo, la riqueza, las relaciones y los roles en el mundo y el pecado también ha alcanzado su punto máximo. Además, hoy muchas personas en el mundo sienten que ya no podemos bajar más. Es en este momento cuando Dios está desempeñando su papel de cambiar el mundo y traer de regreso el día de la humanidad porque el ciclo del tiempo se repite. Al día le siguió la noche y a la noche le seguirá el día. Este es también el objetivo de Brahma Kumaris: cambiar el mundo, convertirlo en un lugar hermoso y alegre para vivir y recuperar el paraíso perdido. |
Comentarios
Publicar un comentario