Podría haber habido una escena desafiante esta mañana que tal vez haya causado que su actitud positiva cayera. ¿Estás dejando que esa actitud agotada se filtre en cada escena posterior, durante todo el día? ¿O hizo una pausa para cambiar su estado de ánimo y restablecer su perspectiva? Muchas veces no estamos satisfechos con las personas, las situaciones, los objetos, la naturaleza y el mundo mismo. Nos quejamos de lo que nos falta: salud, felicidad, comodidades, tiempo, riqueza, relaciones… la lista puede ser larga. La verdad es que si queremos un resultado diferente, primero debemos modificar nuestra actitud de una mentalidad de escasez a una mentalidad de abundancia. Una actitud positiva pone bajo control todo el curso de la vida. Mejora la salud, la felicidad, las relaciones y el éxito. Incluso si las cosas no van a nuestro favor, nuestra actitud decide si lo percibimos como una oportunidad para aprender y crecer, o lo vemos como un fracaso y nos retractamos. Reflexiona sobre tu actitud todos los días y mantenla positiva asumiendo la responsabilidad de tu forma de pensar. Vea cómo las situaciones pasan a su control. Recuerde: tengo una actitud de abundancia. Tengo todo lo que necesito. Mi actitud atrae a las personas y situaciones adecuadas a la vida. A todos nos han enseñado que la actitud lo es todo. Simplemente haga una pausa y compruebe: ¿cómo ha sido tu actitud general últimamente? ¿Te sientes optimista, esperanzado, valiente o insatisfecho? ¿Tu actitud te ha ayudado a ver el mundo a través de una lente positiva en todo momento o sólo cuando las circunstancias son adecuadas para ti? Tu actitud abre o cierra las puertas del crecimiento y el aprendizaje, en cada situación. Porque a cada pensamiento que creas le sigue un sentimiento. Tus sentimientos con el tiempo desarrollan tu actitud hacia las personas, las situaciones, el trabajo y el mundo. Entonces, dependiendo de tus sentimientos hacia una persona o una situación, desarrollarás una actitud hacia ella, que puede ser de aceptación, resistencia, respeto o indiferencia. Nuestros pensamientos crean nuestra actitud, por eso tienes el poder de cambiar nuestra actitud cantando nuestros patrones de pensamiento. Incluso si tenemos algo suficiente o nos falta en la vida casi siempre depende de nuestra actitud, no de cuánto tenemos realmente. Una buena vida sólo necesita una actitud correcta. |
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