Todo en nuestras vidas se elige consciente o inconscientemente. Todas tus elecciones a lo largo del tiempo han resultado en dónde estás, qué haces y qué y quién tienes a tu alrededor. Esto es difícil de asimilar para muchas personas. Prefieren ver la vida como fatídica o de suerte, y evitan la responsabilidad de su propio destino. Nuestro destino se define por la forma en que respondemos a las elecciones.
Y nuestra responsabilidad, la capacidad de responder, está de alguna manera en nuestras propias manos. Si respondemos con deseo, podemos sentirnos decepcionados en algún momento futuro cuando no consigamos lo que queremos. Con expectativas volveremos a ser defraudados.
Cuando respondemos con molestia o frustración, perdemos nuestro poder. Hasta que nos demos cuenta de que el deseo, la expectativa y el disgusto nunca son las mejores opciones, no elegiremos cómo vivir. ¡La vida, las circunstancias y los acontecimientos probablemente elegirán por nosotros!
La actitud mental es la capacidad de gobernar nuestra mente. La mente crea en silencio tantos pensamientos. Cuando te enfrentes a situaciones donde tengas que tomar decisiones y problemas que confundan o parezcan no tener solución, ve hacia adentro, aléjate de los sentidos físicos y presta atención a la calidad de tus pensamientos.
En la meditación dirigimos pensamientos positivos a nuestra mente. Llegamos a conocernos a nosotros mismos por completo, tanto quiénes somos por dentro como cómo reaccionamos ante lo que está fuera.
Enfoca la atención detrás de tus ojos y entra en la solitud del alma. Visualízate como energía espiritual que irradia luz. Presta atención y escucha respetuosamente la voz interior de la conciencia. Nos conecta con lo que es correcto y justo, no con los valores vistos de otro modo en la sociedad.
¡Éxito significa estar mentalmente en forma y alcanzar un nivel tan constante de pensamientos positivos que las acciones correctas sucedan naturalmente! ¡Qué maravillosa etapa por alcanzar!
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