Todos somos actores en este drama de la vida, interpretando varios papeles. Cada escena nos exige escribir y representar nuestro propio guión. Pero, a menudo, no dedicamos tiempo a nuestros guiones. En cambio, estamos ocupados escribiendo mentalmente el guión de otras personas: lo que deben decir, cómo deben comportarse, cuándo deben responder ... Nos enredamos en sus roles y nos olvidamos del nuestro. La gente escribe sus propios guiones, no pueden actuar según nuestras expectativas.
3. Nuestro enfoque debe estar en nuestro desempeño. Cualquiera que sea el
papel, nuestra personalidad de paz, amor, sabiduría, debe reflejarse en cada
papel. Incluso si otros actores no se desempeñan bien, nuestra actuación puede
mostrarles el camino para corregirse a sí mismos.
4. Sé consciente de perfeccionar tu propio guión y no el de otros. Cruza bien
cada escena, estando a gusto, relajado y empoderando a tus co-actores.
Recuérdate a tí mismo: resalto mi personalidad de paz y compasión en cada
papel, sin influenciarme por las actuaciones de mis co-actores.
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