Por Elsa Fríes
Hoy les invito a reconocer que los seres humanos somos
como los dedos de la mano, todos y cada uno singulares en nuestra
individualidad al mismo tiempo que imprescindibles para una acción de conjunto,
todos interrelacionados en una red en la cual lo que hace cada uno impacta a
todos cuantos están alrededor, por ello los invito a atender el llamado de este
tiempo a actuar en beneficio de toda la sociedad.
Ser patriota es ser verdadero con el lugar que nos acoge
en un momento determinado, así estamos llamados a ser honestos, a decir y hacer
lo que pensamos desde el bien, a ser transparentes, a actuar con buena voluntad
y valorar con respeto la esencia benevolente de cada persona, sin distingos de
ninguna clase.
Al mismo tiempo es importante trascender una vida
simple de comer, dormir y trabajar por el propio sustento y elevar la vida con
acciones que cumplan grandes propósitos y que manifiesten la responsabilidad
social de cada uno como individuo.
Cuando damos lo mejor de nosotros entregándonos
libremente y de corazón a realizar actividades en pro de los demás, sin esperar
retribución a cambio, elevamos nuestra conciencia, fortalecemos los propios
valores, enseñamos valores a otros y sentimos la felicidad de haber utilizado
el tiempo, los propios talentos y los recursos para crear resultados positivos
que conlleven la solución de alguno de los muchos problemas que viven los
compatriotas.
Hoy por hoy y en lo cotidiano también está la
responsabilidad social de cada uno, al cuidar y cumplir con las medidas para
prevenir los riesgos de expansión de la pandemia no sólo estamos cumpliendo con
nuestra responsabilidad individual, sino que también estamos cuidando de la
sociedad a la que pertenecemos y estamos ejecutando acciones de responsabilidad
social.
Finalmente si revisamos los pensamientos, al propender
por mantener nuestros pensamientos positivos estamos aportando a la atmósfera
las buenas vibraciones que cuidan del todo social, somos responsables de lo que
pensamos y cuando los pensamientos son de queja, críticas y sufrimiento,
estamos aportando vibraciones negativas que dan dolor a quienes nos rodean,
cuidar lo que pensamos también es una acción de responsabilidad social
individual.
En fin que la responsabilidad por el país y por el
mundo es cosa de todos y la persona verdaderamente responsable responde a la
llamada de la obligación sin esperar a que otro se le adelante en la
realización de la tarea, lo indica de forma sugestiva el siguiente cuento:
“Este es un cuento sobre Gente llamados Todos, Alguien, Cualquiera y Nadie.
Había que hacer un trabajo importante y Todos estaban seguros de que
Alguien lo iba a hacer. Cualquiera lo podría haber hecho, pero Nadie lo hizo.
Alguien se enojó por esto, porque era el trabajo de Todos. Cada uno pensó que
Cualquiera lo podía hacer, pero Nadie se enteró de que Todos no lo iban a
hacer. Todos culparon a Alguien, cuando Nadie hizo lo que Cualquiera podría
haber hecho”.
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