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Equilibrio de la eternidad pacífica y concentrada y el flujo del tiempo.

Por Elsa María Fríes

Desde la perspectiva de Brahma Kumaris, la vida es un equilibrio entre la eternidad pacífica y concentrada y el flujo dinámico del tiempo. Este equilibrio es fundamental para nuestra expresión y experiencia humanas.

La eternidad pacífica y concentrada se refiere a nuestro estado esencial como almas. En este estado, somos conscientes de nuestra identidad eterna y estamos en paz con nosotros mismos y con el mundo. Este estado de conciencia nos permite mantener la calma y la concentración, incluso en medio de las fluctuaciones del tiempo y del cambio.


El flujo del tiempo se refiere a la dinámica de la vida y a la constante transformación de la experiencia humana. A medida que el tiempo avanza, experimentamos cambios en nuestro entorno, en nuestras relaciones y en nosotros mismos. Estos cambios pueden ser desafiantes, pero también pueden y deben ser una fuente de crecimiento y aprendizaje.

Este equilibrio es esencial para vivir una vida plena y significativa. Al mantener nuestra conciencia de la eternidad, podemos fluir por los cambios del tiempo con gracia y sabiduría. Al mismo tiempo, al participar plenamente en el flujo del tiempo, podemos expresar nuestra conciencia y experimentar la riqueza de la vida estando bien en cada situación.

Meditemos un poco:

Ahora sé que en ciertas situaciones y momentos necesito enfoque…, concentración de pensamiento…, voluntad de ir al encuentro de mi ser interior y restablecer mi energía en el silencio…, desde el silencio se potencia mi creatividad y la apertura a una nueva y positiva visión de las situaciones…, aprendo a enfocarme en la energía divina que soy en equilibrio con el disfrute del flujo de expresión, experimentación y experiencia que es la vida humana.

La vida es un equilibrio entre la eternidad pacífica y concentrada y el flujo del tiempo. Al cultivar este equilibrio, podemos vivir con mayor paz, propósito y plenitud.


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