Hola. Espera. Para.
Por un momento detente a pensar en quién eres y hacia dónde vas. Por un segundo cierra los ojos y enfoca tu mente en un sólo pensamiento: ¿quién soy yo? Y realmente, ¿quién eres tu?
Tal vez no tengas tiempo o interés en esta pregunta, pero si vas más allá, grandes secretos serán revelados ante ti.
Estimado lector, queremos que nos acompañes en un viaje que quizá puede ser el más importante… o no.
Con todo lo que ha pasado últimamente en el mundo, tanto en la mente como en el corazón surgen dudas, preocupaciones, ira, tristeza, pesar, culpas… pero si nos ponemos a observar con claridad no los detalles sino la gran imagen, la situación puede que sea compleja, sin embargo la causa es simple.
Es fascinante, si pensamos en cómo cada cultura del mundo tiene su propia perspectiva de la vida, de la naturaleza, del cuerpo, del universo; y hay una en particular que llama la atención. La cultura de la India, y para no aburrir al lector con tantos detalles que pueden ser compartidos en otra ocasión, pero que no dejan de ser importantes, hay una palabra que conecta lo que vamos a decir a continuación con el final del párrafo anterior: VIYOG - Desconexión.
Desconexión con el flujo de la vida, con la esencia del ser, con lo original, con aquello que es inherente.
Dinos… no sería agradable que cada ser humano del planeta tierra estuviera conectado con su interior y consciente de las consecuencias de sus acciones ¡qué mundo sería!
Pero no estamos aquí para ser jueces de nadie ni abogados de nosotros mismos. Estamos aquí porque la escasez de la conexión - YOG - interna es quizá el cambio más grande que necesita la humanidad… y la naturaleza.
Antes de seguir “conectándonos”, hay dos palabras en el idioma de la India que vale la pena hacer mención y que dentro de la práctica de la Meditación Raja Yoga (después ahondaremos en esto) consideramos imperantes para lograr crear conexión de calidad y que tal vez hoy día son difíciles de alcanzar; éstas son: EKANT (solitud) y EKAGRATA (concentración). ¿Verdad que sí?
Ambas generan una alianza única y si el lector quiere lograr una conexión estable interna se sugiere entrar en un espacio de quietud, sin distracciones y tratar de enfocar la mente en la simple pregunta del inicio ¿quién soy yo?
Ese es el primer paso.
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