Vivimos en un mundo de energía cuya constante es el cambio, la transformación, es un mundo donde todo es vibración, y donde cada persona tiene un campo de energía vibracional que actúa con el universo.
La energía espiritual o de consciencia del ser pasa
por diferentes estados en el ciclo de la vida al igual que lo hace el universo,
en el Ayurveda se llaman gunas lo que en el Raja Yoga llamamos estados de la
energía del ser y son: estado Sátvico o de plenitud de la energía, donde la
encontramos fresca, nueva; estado Rajásico o medio, donde la energía ha perdido
su frescura, pero aún tiene positividad y estado Tamásico donde la energía es
muy baja, es densa y mantiene al ser en la sombra.
En estado Sátvico el Ser está en su verdad, está
consciente de la plenitud del espíritu que es, está consciente del alma, está
integrado en su interioridad y tiene claridad de su pertenencia al todo, su
armonía y paz interiores son naturales, en todo prioriza el ser sobre el hacer
o el poseer, en su conexión con el mundo toma distancia que le da perspectiva y
le permite el mejor análisis y la decisión de mayor beneficio para todos, a la
vez que mantiene su estado de conciencia elevada, vive en aceptación y aprende
de todo, también ha trascendido el yo limitado del ego y vive la plenitud de su
luz irradiando benevolencia para el mundo.
En estado Rajásico el ser se mantiene constantemente
en la dualidad, hay la sombra que no le deja ver la luz interior y que hace que
la energía sea de expansión y de movimiento hacia afuera a las experiencias de
los sentidos, así la prioridad es el hacer por sobre el ser, es una energía
inestable que corre tras muchos deseos sin satisfacerse; el placer y el dolor
mueven al ser en una montaña rusa emocional donde experimenta la adicción y
luego el vacío. En estado rajásico somos mendigos de amor, de paz,
de felicidad.
El estado Tamásico es el de la energía densa, oscura,
donde la identificación del ser es sólo con la materia del propio cuerpo y así
sólo busca el placer extremo de los sentidos, conlleva el abandono, la pereza,
la lujuria, la ira, la avaricia, el apego y muchas más debilidades. En este
estado el ser baja la energía de los demás y atrae a muchos por facilismo.
Hoy por hoy hay muy pocos viviendo en estado de
energía Satvica, muchos viven en estado de energía Rajásica y la tendencia
mundial es al estado Tamásico.
Sin embargo, el dolor físico y el sufrimiento de la
mente que se viven hoy se convierten en herramientas de aprendizaje que pueden
llevar al cambio y al despertar de la iluminación. La enfermedad manifiesta los
bloqueos internos de la energía del ser, la enfermedad es un desequilibrio
energético que invita a aquietar la mente, a comprender en qué energía estamos,
a realizar el trabajo interior necesario para elevar la energía; es una
invitación al autoconocimiento, a cultivar la paz interior para llegar a la luz
interior que eleva la energía al estado Sátvico para vivir en un estado de
suave alegría estable, constante y duradera.
Por Elsa María Fríes
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