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Observador desapegado en las relaciones interpersonales.

 Por Elsa Fríes 



Desde la perspectiva de Brahma Kumaris, ser un observador desapegado en las relaciones interpersonales es una práctica espiritual que puede llevar a una mayor paz interior y armonía en nuestras interacciones con los demás.

 El principio espiritual de Observar y no Absorber propone ser un observador desapegado en relación con todo lo que nos sucede, mantener la mente clara y libre para analizar de manera calmada, neutral y objetivamente las situaciones, y abrirse a nuevas perspectivas, en lugar de dejarnos llevar por las emociones intensas o los juicios rápidos, nos esforzamos por ver las situaciones y las personas tal como son, sin añadir nuestras propias interpretaciones o expectativas. mientras sintonizamos y escuchamos atenta y activamente la realidad del otro.

 Practicar el desapego en las relaciones interpersonales implica tomar un paso atrás mentalmente y recordar que somos almas, y que nuestro cuerpo es un instrumento que utilizamos para expresarnos. Cuando nos enfrentamos a situaciones difíciles o a personas difíciles, la práctica del desapego nos ayuda a mantener la calma y a manejar mejor estas situaciones.

Cuando estamos atentos a no implicarnos emocionalmente en las situaciones podemos valorar con atención, con un buen análisis y un mejor discernimiento, sin la distorsión de nuestras propias emociones o prejuicios y así decidir las respuestas que se necesitan.

Cuando observamos de forma desapegada, podemos fomentar nuestra apertura a nuevas perspectivas a la vez que ser más creativos y productivos en las respuestas a las situaciones o a las personas en las relaciones interpersonales.

Cuando observamos sin involucrarnos emocionalmente en las circunstancias de un momento determinado podemos ser eficaces encontrando soluciones a los problemas y conseguimos no reaccionar emocionalmente a lo negativo lo que puede llevar a interacciones más saludables y armoniosas.

Observar con desapego puede ayudarnos a mantener la paz y la calma interior, incluso en medio de situaciones difíciles.

 Meditemos un poco:  

Tengo el poder de la perspectiva del observador desapegado…, como un pájaro, abandono la tierra… y, a medida que vuelo más y más alto, comienzo a ver una imagen más grande…, en comparación con cuando estaba en el suelo... Al ver la imagen completa, tengo una perspectiva completamente diferente... Realmente puedo ver claramente qué hacer… así no reacciono, sino que respondo con lo que es correcto y preciso a cada persona y a cada situación…

 Ser un observador desapegado es una práctica poderosa que puede transformar nuestras relaciones interpersonales. Al adoptar una perspectiva neutral y objetiva, podemos interactuar con los demás de una manera más pacífica y armoniosa. A través de la práctica constante, podemos aprender a navegar nuestras relaciones con gracia y sabiduría.

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