Haga de cada día un día sin quejas

 

¿Cuándo fue la última vez que nos quejamos de una persona o de una situación? Puede que no sea hace mucho… puede que sea ayer. Nuestra vida es muy hermosa, pero nos quejamos una y otra vez, encontramos fallas y señalamos lo negativo. Este hábito diario nos estresa, nos agota y nos impide llegar a la solución. Las quejas repetitivas indican que algo dentro de nosotros necesita cambiar primero, no lo que nos está sucediendo. 1. Ya sea conscientemente o no, ¿te quejas de personas y situaciones? ¿Le molesta tanto el tráfico caótico, el mal tiempo, la comida insípida o los errores de familiares o compañeros que tiende a quejarse?  2. Nos guste o no, quejarse parece haberse convertido en una forma de vida. En cada escena tenemos 2 opciones: La primera opción es fluir con la vida adaptándonos y ajustándonos, para que nuestra energía esté en armonía con la de las personas y situaciones. La segunda opción es quejarse de la escena sólo porque no es la correcta. 3. Las personas son quienes son, es posible que las situaciones tampoco cambien. Incluso si necesitamos cambiar algo, hagámoslo sin quejarnos en nuestros pensamientos o palabras. Podemos usar nuestra energía para cambiar lo que no está bien, en lugar de desperdiciarla quejándonos. De lo contrario, al quejarnos nosotros mismos llevamos una energía infeliz con la forma en que están las cosas. Se convierte en un hábito y pronto no seremos felices con nuestra vida.  4. Andar sin quejarte durante un día entero, pase lo que pase. Las cosas exteriores seguirán igual, pero experimentarás un cambio positivo internamente. Luego haz lo mismo todos los días. Recuerde: estoy comprometido a hacer de hoy un día sin quejas. Fluyo con vida, con una energía de aceptación y respeto.