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Bien-estar Espiritual

 Por Elsa María Fríes


 

El bien-estar espiritual es condición natural del alma humana que, en estos tiempos se ha debilitado, dando paso a que la normalidad sea el mal-estar del espíritu, que se observa en la negatividad de los pensamientos y actitudes, en la infelicidad generalizada, en los relacionamientos interpersonales apalancados en el miedo, la ira, el odio, la desconfianza, en la confusión de los sentimientos y en una emocionalidad a flor de piel que oscila entre la tristeza, el miedo, la ira, la preocupación y hace que el ser humano tenga un estado de ánimo deprimido, estresado, siempre insatisfecho y aislado espiritualmente de los demás y del mundo.

 La buena noticia es que el alma puede sanar, recuperar el bienestar y elevar significativamente su calidad de vida.  Para sanar el alma hemos de indagar al interior de nosotros sobre cuales son nuestras emociones habituales, tal vez ira, tal vez miedo, tal vez tristeza, luego descubrir que pensamientos, creencias debilitantes, están detrás de las emociones y transformarlos, instalando en nuestra psique unas nuevas creencias que deriven a pensamientos, actitudes y comportamientos positivos. En teoría es muy fácil, pero implica, a partir del conocimiento espiritual, una práctica del pensamiento positivo  determinada, consistente, habitual, permanente, que se convierta en una práctica esclarecedora que regrese al alma a su estado natural de bien-estar espiritual.

Y, si además de practicar el pensamiento positivo invocamos la energía de Dios en nuestra ayuda, estaremos potenciando la práctica, pues Dios siempre nos mira como seres de bien-estar espiritual, como energías luminosas plenas de verdad, de paz, de amor, de felicidad, y capaces de vivir la vida en la tierra como ángeles, relacionándonos con todo y con todos en el planeta desde la paz, el amor incondicional, la felicidad, que son la energías más puras, auténticas y originales del ser espiritual que somos.

 Esta es una invitación al auto-conocimiento, a dedicar tiempo de calidad al ser interior, a establecer hábitos sanadores que permitan el mejoramiento de la salud espiritual, mental y física de cada uno a fin de aportar una mejora individual que trascienda en la mejora del mundo en su totalidad.

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