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Transforma la ira en calma interior 8 - Por qué la paz es siempre renovadora

 


Segunda parte

Por qué la paz es siempre renovadora

Cómo encontrar la solución

La paz abre los ojos

La paz es tanto la esencia de tú ser como el poder de tu vida. Si no vuelves con regularidad a tu corazón, a tu corazón espiritual, para alimentarte de tu propia paz interior, estarás siempre fatigado, desgastado emocionalmente, sobre estimulado e hiperactivo, y serás un adicto a las prisas y las preocupaciones. Por suerte aún no tienes ninguno de estos signos… ¿No es así?

La paz auténtica es una condición mental, la cual genera unos pensamientos positivos y centrados que se traducen en unas actitudes y conductas proactivas.

La paz es aceptar las cosas tal como son en cada momento, equilibrando esta actitud con reconocer que cualquier situación puede mejorarse en el futuro. La paz es aceptar los puntos de vista de los demás, aunque no coincidas con ellos. La paz es posible sólo cuando eliminas en tu interior cualquier causa que provoque en ti ausencia de paz. Para desear que los demás gocen de paz, has de estar en paz contigo mismo. La paz es tu naturaleza eterna e inmutable, tu verdadera naturaleza.

¿Qué es,  por tanto, más importante, la paz o el perdón? Es cierto que al perdonarte a ti y a los demás recuperas la paz. Y que, cuando aprendes a perdonar sistemáticamente aumentarás la cualidad de tu paz interior. Pero también es cierto que, al recuperar la paz interior, que siempre está presente en tu corazón, y al conocer y vivir la verdad de esa paz, ya no necesitas perdonar a nadie. ¿Por qué? Porque comprendes que nadie puede hacerte daño nunca ni perturbar por tanto la paz que forma parte de tu ser.

Vuelves a ver las cosas con claridad, no con los ojos físicos, sino con el tercer ojo, es decir con entendimiento. La presencia de la  paz significa la ausencia de agitación emocional, y gozar de libertad emocional significa que el ojo interior no está distraído por el mundo exterior ni por los recuerdos del mundo interior. Precisamente el tercer ojo, el ojo del intelecto, puede “ver la verdad”.

Y al tener la mente y el corazón en paz, tu ojo interior puede realizar su verdadera función que es distinguir lo correcto de lo erróneo, lo verdadero de lo falso, y tomar decisiones acertadas.

Al alcanzar ese estado distingues tres cosas:

1.       Lo que es verdadero y falso del mundo que te rodea, no como un juicio de valor o una condena, sino como una nueva percepción.

2.       Cuál es la forma correcta de ser y cuál es la situació9n más correcta en las situaciones cotidianas de la vida.

3.       Cómo responsabilizarte por completo de lo que piensas y sientes en cualquier momento y lugar, al margen de las circunstancias.

Por lo tanto, recuperar la paz es un poco más importante que perdonar a los demás. Así que es mejor recuperar primero la paz y después perdonar. En caso puedes decidir qué camino deseas tomar para regresar a tu hogar.

 

Eligiendo la paz

Si la ira provoca guerras, entonces la paz produce lo contrario. Es la base de la armonía personal y colectiva. Es una decisión clara y sencilla que podemos tomar en cualquier momento. La mayoría del mundo prefiere la paz, pero se pasan la vida luchando en su propia cabeza y en sus relaciones personales. Se vuelve a caer en el hechizo de las viejas ideas de que no hay nada malo en enojarse o dejarse influir por los belicosos que le rodean. Incluso se suele pensar en la paz como una forma de debilidad.

 Si de cides elegir la paz, significa que eliges liberarte del sufrimiento. Sin embargo, para vivir esta decisión y alimentarla has de volver a descubrir el lugar donde reside tu paz, su verdadera naturaleza y cómo usar el poder que encierra.

Toda la naturaleza es pacífica. Todos los procesos ocurren en armonía hasta que nosotros decidimos perturbar esa paz natural cambiando y violentando esa armonía natural. También somos pacíficos por naturaleza hasta que nos creamos ideas equivocadas de que es natural la ira y que podemos atentar contra lo que nos rodea.

El estrés, la ira, las preocupaciones nos agobian porque no hacen parte de nuestra naturaleza natural sólo tenemos que tomar consciencia de esto para tener derecho a una vida plena y sólo nosotros mismos podemos reivindicar ese derecho.

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